Las clases de matemática y lenguaje son poco interactivas y mal estructuradas
Publicado por Gaby a las 18:00Extraido de emol.cl Domingo 25 de mayo de 2008 | |
Estudio de investigadores de la Universidad Católica: | |
Las clases de matemática y lenguaje son poco interactivas y mal estructuradas | |
| |
Manuel Fernández Bolvarán Los alumnos chilenos no participan activamente durante el 53,6% del tiempo que duran las clases de lenguaje o matemática. Y, cuando lo hacen, su participación suele limitarse a repetir en voz alta las ideas que el profesor dice. En una clase de 40 minutos, durante sólo 117 segundos es posible ver a algún estudiante haciendo una pregunta por iniciativa propia. Los datos reflejan la escasa interactividad de las clases que detectó un estudio realizado por un equipo de investigadores de la U. Católica, con el patrocinio de Fondecyt. A partir del análisis de videos de 40 clases filmadas para la evaluación docente, se aprecia que los profesores son casi los únicos protagonistas en el aula: hablan durante el 53,1% del tiempo que dura cada sesión y, generalmente, se dirigen a los alumnos como un todo. Problema extendido "Tenemos clases con muy poco espacio para que los alumnos expresen sus ideas y donde el profesor le habla al grupo, como si todos los alumnos fueran iguales", reflexiona Sergio Martinic, académico de la Facultad de Educación UC y quien lideró la investigación. Si bien el diagnóstico sólo se enfoca en los colegios públicos, el problema también está presente en la educación particular. "En matemáticas el profesor sólo dicta y así no aprendemos nada", se queja Dominique (3º medio), alumna de un colegio privado del sector oriente. "Depende mucho del 'profe'. Hay unos que motivan y otros que son más fomes", agrega María José (7º básico), estudiante de un establecimiento particular de Vitacura. "Salvo excepciones, esto pasa en todos los colegios. Aquí hay un tema cultural; los profesores creen que sus clases deben ser así, porque tienden a repetir lo que vivieron como escolares", plantea María Cecilia Hudson, coordinadora del área de lenguaje de la Escuela de Pedagogía Básica de la U. de los Andes. Una de las causas de esto es que los maestros no siempre saben lo que es una verdadera clase interactiva. En el estudio se ve que, para hacer participar a los alumnos, se les pide repetir la materia recién pasada o completar una oración del tipo "dos más dos son cua...". "Una clase participativa se construye en base a preguntas que hagan pensar, que generen inferencias", opina Hudson. De todos modos, Sergio Martinic asegura que, con las condiciones de trabajo de los profesores, es muy difícil esperar otra cosa: "Usar mejor el tiempo requiere de un espacio de planificación, que es algo que no tienen los docentes en la actualidad, cuando deben hacer 40 horas lectivas a la semana". Tampoco ayuda el poco valor que se le asigna al uso de materiales audiovisuales en el aula: en promedio, están presentes en sólo 19 segundos de una clase. "Estos medios sirven para incentivar la participación de los estudiantes. Sin recursos didácticos, el profesor termina haciendo lo mismo de siempre", señala Fidel Oteíza, director del Centro Comenius de la Usach. Una instancia que implementa un modelo de enseñanza interactiva de las matemáticas en enseñanza media que se aplica con éxito con 12 mil alumnos. Otro problema que detectó el estudio es el escaso tiempo que dedican los docentes a hacer un cierre de su clase: poco menos de dos minutos. De hecho, lo más común es que las sesiones terminen abruptamente, con el timbre del recreo. "Es llamativo que en la clase que se presenta a la evaluación docente, que se supone es la mejor que el profesor cree ser capaz de hacer, no prepare un cierre pedagógico potente", apunta Martinic. Esta mala estructuración de la clase también se nota en los inicios: la mayoría consiste sólo en un saludo por parte de los docentes. "Eso es complejo, porque el inicio es cuando el profesor debe ganarse la atención de los alumnos. Si no lo hace, la mente de los jóvenes va a estar más pendiente del celular o la polola que de la clase", plantea Oteíza. Por lo pronto, estos aspectos repercuten en la evaluación docente. Según el estudio, los maestros mejor calificados son los que dedican más tiempo a cerrar sus clases y los que están menos rato exponiendo materia. "La Jornada Escolar Completa significó mejor infraestructura y más tiempo de clases. Pero ese tiempo se sigue usando igual que antes. En eso tenían razón los estudiantes: ha sido más de lo mismo". SERGIO MARTINIC Investigador de la Facultad de Educación de la UC. TRES MOMENTOS CLAVES EN EL AULA INICIO Debe ser más que un simple saludo por parte del profesor. Es el momento en que se fijan los objetivos de la sesión, se relaciona con la clase anterior y se motiva a los alumnos. Idealmente, debe durar entre 5 y 7 minutos. DESARROLLO Es el momento en que el docente ve los contenidos del día. El óptimo es que no sea el profesor el mayor protagonista, sino el alumno. CIERRE De vital importancia, es la instancia en que el profesor hace una síntesis de lo que se ha aprendido en la clase. Es el momento para resaltar las ideas principales que se vieron. Debe durar entre 5 y 10 minutos. LA IMPORTANCIA DE PARTICIPAR "Este tema es clave. ¿Cuál es la diferencia entre una clase participativa y otra que no lo es? Simplemente, que la segunda no sirve para nada. Así de claro". M. CECILIA HUDSON Facultad de Educación de la U. de los Andes. "En la clase expositiva la retención es mínima. Sólo hay real aprendizaje cuando se usa material didáctico y donde los jóvenes son los protagonistas". FIDEL OTEÍZA Director del Centro Comenius de la Usach. "Vamos a crear las bases de una nueva carrera profesional docente (...) a culminar la acreditación de las carreras de pedagogía e implementar un examen de habilitación de competencias disciplinarias y pedagógicas de los estudiantes". Mensaje presidencial 21 de mayo de 2008 |
0 Comments:
Entrada más reciente Entrada antigua Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)